Desde los primeros momentos de civilización humana, hace más de 8.000 años, en lugares tan distantes como la India o Las Américas, las fragancias han sido un elemento utilizado para buscar la espiritualidad más profunda para poder buscar las respuestas que las religiones buscan responder sobre la existencia humana. Llegar a ese estado de ánimo permite reducir el estrés mundano y liberar nuestro consciente para ser capaces de entender mejor todo lo que nos rodea.

John Weguelin, “The Obsequies of an Egyptian Cat,” (1886)

Ciertas esencias estaban / están a menudo presentes cuando se leen textos sagrados en muchas religiones modernas como el cristianismo, islam, judaísmo, el hinduismo, sirviendo como elemento conductor de la transcendentalidad dentro de la experiencia espiritual.

Incluso, el olor ha sido un elemento presente en nuestras civilizaciones para ridiculizar otros grupos, relacionando pudor con depravación moral y sociedad decadente. Así lo hacía la cultura árabe en la civilización del al-Ándalus, mucho más avanzada en cuestiones higiénicas que las naciones de origen europeos que competían con ella por la dominación de la península ibérica. La importancia del olor era la prueba de una sociedad desarrollada.

En todos los casos, el sentido del olor ha tenido un importante papel para modular nuestro estado de ánimo individual y colectivo, generando comportamientos que han marcado las relaciones sociales en nuestras sociedades.

La experiencia olfativa como elemento curativo, origen de la actual aromaterapia, es también una constante en muchas de las civilizaciones más antiguas que ya utilizaban algunos de los elementos que ahora se recomiendan para estos tratamientos (eucalipto, lavanda, sándalo, vainilla, naranja, manzanilla, bergamota, citronela …). Las fragancias son reconocidas en muchas medicinas, en este vínculo poco conocido aún entre nuestra salud y nuestro estado de ánimo.

De manera ininterrumpida en nuestra historia, el olfato ha sido parte de nuestras relaciones sociales y por tanto, también forma parte de nuestras relaciones de intercambio y comercio.

El marketing aromático es la lógica continuidad histórica de la utilización de las fragancias como elemento modelador de nuestras interacciones humanas y comerciales.

Desde e-AROME lo tenemos muy en cuenta. La elección de la solución aromática óptima para nuestros clientes, que compartiremos en un paquete aromatizado o en un elemento decorativo perfumado, es el elemento central de nuestro proyecto profesional. Si desea conocer mejor nuestras propuestas, por favor, contacte: info@e-arome.com

 

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